Conecta con tu sistema nervioso para transformar tu salud
TEXTO POR INVEGEM
Marielos Sequeira
Abordar las enfermedades desde la raíz nos permite procesos de recuperación más amables, ampliando las posibilidades de revertir síntomas para los que muchas veces no se tiene explicación. Nos libera de cargas y nos hace reconectar con nuestro cuerpo entendiéndolo como un todo
Para hablar de la raíz de la enfermedad, cualquiera qué esta sea, debemos abrir nuestra mente y sumergirnos en el mundo de la energía que se mueve segundo a segundo a través de una prodigiosa red de comunicación que trabaja sin descanso dentro de cada cuerpo, con una longitud de 150,000 kilómetros, llamado sistema nervioso. Es difícil dimensionar que llevamos dentro de nosotros 4 veces la longitud de la tierra en distancia, recorrida por impulsos nerviosos que procesan información a través de centenares de complejas estructuras que se comunican entre sí, somos seres altamente conectados.
A lo largo del tiempo nos han hecho creer que el cerebro como órgano evolutivo es el que nos gobierna y batallamos desde niños por aprender y potenciar habilidades cognitivas que nos garanticen la supervivencia, queremos niños más inteligentes cognitivamente y pasamos por alto que estas habilidades del cerebro representan menos del 5%, mientras que la capacidad real la tiene nuestro sistema nervioso de autoregulación y equilibrio ya que es un cerebro mucho más lento en reaccionar que todo lo demás y por mucho que nos cueste reconocerlo o entenderlo este cerebro responde a necesidades emocionales básicas por encima de habilidades cognitivas superiores. En otras palabras, y para volver esto más comprensible, se ha estudiado que el control que ejerce el cerebro sobre los órganos periféricos (piel, glándulas, tracto digestivo) representa solamente el 20% de la respuesta nerviosa, el 80% de la comunicación la dominan nuestras glándulas y órganos, los cuales envían información hacia el cerebro, según lo que nuestros sentidos perciben como realidad, interpretando cada estímulo del medio como amenazante o seguro.

Hoy en día son bastante frecuente personas con ataques de pánico. Su cerebro sabe que no hay nada que temer, pero el sistema nervioso manda una señal contraria de manera inconsciente, esta percepción de la realidad es una habilidad que nuestro sistema nervioso adquiere en un 90% en los primeros 7 años de vida incluyendo los 10 meses dentro del útero de la madre. De esta información depende la aparición en edades tempranas e inclusive en la vida adulta de enfermedades crónico degenerativas, trastornos psiquiátricos y hasta enfermedades tan amenazantes como el cáncer. También se ha estudiado que niños sometidos a estrés tóxico aumentan el riesgo de sufrir un sinnúmero de alteraciones mentales y conductas emocionales riesgosas como sexualidad desordenada, abuso de sustancias o relaciones codependientes desde la adolescencia.
Cada vez más entendemos cómo responden nuestras células y órganos a las emociones (e-motion: energía en movimiento). Una de las circunstancias de vida más tóxica para los seres humanos es el rechazo. Se ha estudiado que activa centros cerebrales asociados a dolor físico, igual como si te martillaras un dedo. Dentro de las enfermedades ligadas a estas circunstancias tenemos el cáncer, un grupo de células agredidas energéticamente que aprendieron a defenderse de la hostilidad del medio que las rodea y se convirtieron en súper células capaces de vivir sin oxígeno, crearon la capacidad de recibir abundante flujo sanguíneo para asegurar altos aportes de energía y nutrientes, su medio externo es ácido y aún así funcionan adecuadamente, ¿no te suena a esas historia de superación personal que tanto nos conmueven? Súper células en respuesta a insultos nerviosos estresantes de manera crónica.
La enfermedad no es producto del azar, es producto de la desconexión, es producto de la incongruencia entre lo que sentimos, lo que pensamos y lo que hacemos, lo que genera reacciones nerviosas estresantes y es este estrés crónico el que produce inflamación crónica y en este estado la célula pierde su capacidad de autorregulación, regeneración, nutrición, relajación, por encima de la información genética que heredamos.
Si queremos realmente ser personas sanas debemos de aprender el lenguaje de nuestro cuerpo emocional (sistema nervioso) más allá de lo que la mente nos presenta como correcto, darnos permiso de ser nosotras mismas, a poner límites, a decir que no, a vivir nuestra vida desde la coherencia de lo que sentimos. Todo lo demás son máscaras que nos generan estrés, resistencia, miedo, culpa, enojo, frustración, información adecuada para crear enfermedad y envejecer de manera prematura.
Todo esto es una buena manera de darnos la congruencia que necesitamos, aunque es menos importante que conectar y darle lugar al ser emocional y energético que llevas dentro de ti.


DRA. MARIELOS SEQUEIRA
Médico Internista / Medicina Funcional y Regenerativa
Hormonas Bioequivalentes Maestría en microbiota y PNI
15 Avenida A 4-66 zona 13, Centro de Medicina Funcional